Ermita de San Sebastián - 1915
Durante el Antiguo Régimen, en muchas villas y lugares, fue habitual la práctica de levantar -extramuros- una capilla, ermita o humilladero que preservase a sus moradores de cuantos males pudieran sobrevenirles y, más concretamente, actuaran como medida preventiva ante las terribles epidemias que, en esos siglos, asolaron regularmente la población.
Cuando la gravedad de la situación aumentaba, las gentes de la época, desprovistos de remedios higiénico-sanitarios con que hacerles frente y aferradas a una ferviente y profunda religiosidad, se afanaban en erigir estos monumentos -de reducidas dimensiones en su mayoría- a modo de auténticos antídotos pétreos, consagrándolos a determinadas advocaciones protectoras.
En las tierras onubenses será frecuente encontrar construcciones de este tipo consagradas, reiteradamente, al patronazgo de San Sebastián o San Roque, quienes gozaron de una piadosa veneración en la zona, reforzadas en los momentos en que el contagio hacía su dramática aparición.
En las tierras onubenses será frecuente encontrar construcciones de este tipo consagradas, reiteradamente, al patronazgo de San Sebastián o San Roque, quienes gozaron de una piadosa veneración en la zona, reforzadas en los momentos en que el contagio hacía su dramática aparición.
Por aquellas mismas fechas se edificarían en La Palma del Condado sendas ermitas encomendadas al culto de ambos santos, copatronos de la villa, emplazándose, respectivamente, a la entrada y la salida de la misma con el fin de salvaguardar y cobijar todo su espacio de nuevas oleadas epidémicas. Desaparecida ya la de San Roque -de la que sólo queda una cruz de hierro forjado sobre pilar de ladrillo recuerda el lugar exacto de su ubicación- todavía se mantiene en pie la consagrada al patrocinio de San Sebastián.
Levantada en origen a las afueras de la población, en el extremo de entrada a ésta, la también llamada ermita del Santo aparece hoy plenamente integrada en el centro del casco urbano como consecuencia de las posteriores expansiones del mismo.
La ermita de San Sebastián, construida en ladrillo sobre un rectángulo de 255 metros cuadrados, muestra una gran simplicidad estructural y un exterior de ostensible sobriedad decorativa. Sigue un esquema basilical y se divide en tres naves, concluyendo la del Evangelio en el Altar de las Ánimas Benditas del Purgatorio; mientras que la de la Epístola lo hace en una capilla abierta por arcos de medio punto, sonde se sitúa Ntra. Sra. de la Amargura. Por su parte, la nace central, más alta y ancha, desemboca en la cabecera que se encuentra precedida por robustos contrafuertes y dispuesta al mismo nivel. La compartimentación del espacio se efectúa, longitudinalmente, a través de pilares ochavados de macizo aspecto cuya singularidad estriba en su empleo en el interior de un templo. Estos pilares, en cuyas impostas se forman esquemáticos mocárabes, elevan arcos apuntados que se enmarcan dentro de alfices rehundidos y sustentan, a su vez, el peso de la techumbre.
La cubierta, de tradicional teja redonda dispuesta a dos aguas, se traduce en el interior en una estructura de madera totalmente tallada, que adopta forma de artesa con tirantes en la nave central y de colgadizo en las laterales.
Fachada del Evangelio
Santa Ángela de la Cruz
Mosaico de los Titulares
en la fachada principal
La sencillez compositiva y la ausencia de decoración son también protagonistas en el exterior. La fachada principal -que acusa en su alzado la cubierta a dos aguas- presenta una concepción más clásica, manteniendo el vano adintelado de entrada con pilastras adosadas y remate triangular partido de escaso resalte.
El conjunto se corona con una sobria espadaña de un solo hueco terminada, a su vez, en frontón curvo de cuya base parte una pequeña cruz de hierro sobre pedestal.
Interior del Templo
Altar Mayor, presidido por el
Stmo. Cristo del Perdón
Nave de la Epístola
Capilla Sacramental presidida por
Ntra. Sra. de la Amargura
en la Nave de la Epístola
Detalle de la pintura de las
Ánimas Benditas del Purgatorio
que se sitúa en la cabecera de la
Nave del Evangelio
Bibliografía: ESPINOSA TEBA, M. Catálogo Histórico-Artístico de La Palma del Condado. Sevilla, 1999.